Ir al contenido principal

A Fin de Conocerle


La preparación para el cielo, 12 de junio https://ift.tt/cqDPJZR Pero anhelaban una [ciudad] mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad. Hebreos 11:16. Profesamos ser peregrinos y extranjeros en la tierra, que vamos a un país mejor, el celestial. Si es cierto que no somos sino peregrinos aquí, que viajamos hacia una tierra donde sólo pueden morar los santos, consideraremos como nuestra primera ocupación el conocer ese país; preguntaremos diligentemente en cuanto a la preparación necesaria, los modales y carácter que debemos tener a fin de ser ciudadanos allí. Jesús, el Rey de ese país, es puro y santo. Ha ordenado a sus seguidores: “Sed santos, porque yo soy santo”. 1 Pedro 1:16. Si en lo futuro hemos de asociarnos con Cristo y los ángeles sin pecado, debemos capacitarnos aquí para esa compañía. Esta es nuestra obra: nuestra obra suprema. Toda otra consideración es de menor importancia. Nuestra conversación, nuestra conducta, cada uno de nuestros actos debieran ser de tal naturaleza que convenzan a nuestra familia, a nuestros vecinos, y al mundo que esperamos ir pronto a un país mejor. La tierra hacia la cual viajamos es en todo sentido mucho más atrayente de lo que fue la tierra de Canaán para los hijos de Israel. ... ¿Qué detuvo su progreso precisamente a la vista de la buena tierra? Las dificultades ante ellos no eran tan grandes como las que habían encontrado previamente. El gran obstáculo estaba en ellos mismos. Fue su propia y determinada incredulidad lo que los hizo volverse. No estuvieron dispuestos a arriesgar nada por las promesas de Dios. ... La historia de los hijos de Israel está escrita como una amonestación para nosotros “a quienes han alcanzado los fines de los siglos”. 1 Corintios 10:11. Por así decirlo estamos en los mismos bordes de la Canaán celestial. ... Si tenemos fe en las promesas de Dios, mostraremos ... que no vivimos para este mundo, sino que nuestra primera ocupación es prepararnos para esa tierra santa.—The Review and Herald, 29 de noviembre de 1881.

Entradas populares de este blog

SITIO EN CONSTRUCCIÓN...

PRONTO ENCONTRARÁ AQUÍ INFORMACIÓN IMPORTANTE ACERCA DE LAS ACTIVIDADES DEL CLUB DE CONQUISTADORES ASÍ COMO MATERIALES PARA LOS MIEMBROS DEL CLUB!!!

La Historia de la Redención

El libre albedrío del hombre https://ift.tt/ZktsaFi Dios instruyó a nuestros primeros padres con respecto al árbol del conocimiento, y ellos estaban plenamente informados acerca de la caída de Satanás, y del peligro de escuchar sus sugerencias. No les quitó la facultad de comer el fruto prohibido. Dejó que como seres moralmente libres creyeran su palabra, obedecieran sus mandamientos y vivieran, o creyeran al tentador, desobedecieran y perecieran. Ambos comieron, y la gran sabiduría que obtuvieron fue el conocimiento del pecado y un sentimiento de culpa. El manto de luz que los envolvía pronto desapareció, y presas del sentimiento de culpa y de haber perdido la protección divina, un temblor se apoderó de ellos y trataron de cubrir sus cuerpos desnudos. Nuestros primeros padres decidieron creer las palabras de una serpiente, según pensaban, que no les había dado prueba alguna de su amor. No había hecho nada por su felicidad y su beneficio, mientras Dios les había dado todo lo que era b...

Conflicto y Valor

Como un niño pequeño, 2 de julio https://ift.tt/6U8zYa9 1 Reyes 3:4-15. Y yo soy un niño pequeño... Da pues a tu siervo un corazón inteligente, para juzgar a tu pueblo. 1 Reyes 3:7, 9, VM. El lenguaje de Salomón al orar a Dios ante el antiguo altar de Gabaón, revela su humildad y su intenso deseo de honrar a Dios. Comprendía que sin la ayuda divina, estaba tan desamparado como un niñito para llevar las responsabilidades que le incumbían. Sabía que carecía de discernimiento, y el sentido de su gran necesidad le indujo a solicitar sabiduría a Dios. No había en su corazón aspiración egoísta por un conocimiento que le ensalzase sobre los demás. Deseaba desempeñar fielmente los deberes que le incumbían, y eligió el don por medio del cual su reinado habría de glorificar a Dios. Salomón no tuvo nunca más riqueza ni más sabiduría o verdadera grandeza que cuando confesó: “Yo soy un niño pequeño y no sé cómo me debo conducir”. Los que hoy ocupan puestos de confianza deben procurar aprender la l...