Ir al contenido principal

Cada Día con Dios


Fe perfecta, 14 de julio https://ift.tt/FrUe1zp Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Proverbios 3:5. Dios nos es un pronto auxilio en nuestras tribulaciones. Si está dispuesto a poner su confianza en él, hará pasar su bien delante de usted; lo guiará mediante su consejo. Su Santo Espíritu, sus providencias, las enseñanzas de su Palabra, todos serán medios para instruirlo y guiarlo en el camino del Señor. Su promesa para usted es: “No te desampararé, ni te dejaré”. Hebreos 13:5. Por lo tanto puede decir con humildad, pero con firme confianza: “Este Dios será mi Dios para siempre”. Se me ha instruido que le diga: “No confíe en el yo, sino en Dios”. Esta es la medida mediante la cual se nos juzga a la vista del cielo: Nuestra fe en Dios. Trate honestamente de hacer las obras de Dios. Conserve siempre la sencillez de la verdadera piedad: “El que peca contra mi, defrauda su alma”. Proverbios 8:36. Estudie las Escrituras, porque nada como esto afirmará su fe en Dios y su creencia en la verdad. Si está dispuesto a tener fe en Dios, no dejará de lograr la victoria. No hable acerca de pruebas y desánimos. Aparte la vista de esas cosas y fíjela en Cristo. “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Juan 1:29. Ha sido comprado con su sangre. No defraude al que dio su vida para que pudiera vencer. Fue tentado en todo como usted y yo lo somos, y a fin de resistir pasó noches enteras en oración y en comunión con su Padre. Cristo no dejó este mundo hasta que cada alma pudiera vivir una vida de perfecta fe y obediencia, y pudiera tener un carácter perfecto. Cristo ha hecho posible para usted que viva su vida. Tiene sus preciosas palabras en la Biblia; crea en ellas, ponga en práctica sus enseñanzas. Nunca ponga en duda la Palabra de Dios. Si usted recibe esta Palabra en su vida, lo refinará y santificará, y aumentará sus posibilidades de servir. Usted tiene el privilegio de ayudar a los que lo necesitan, de dirigir palabras de ánimo a los desanimados. Recuerde que debe manifestar ante el mundo la luz de la gloria de Dios.—Carta 206, del 14 de julio de 1908, un testimonio personal.

Entradas populares de este blog

SITIO EN CONSTRUCCIÓN...

PRONTO ENCONTRARÁ AQUÍ INFORMACIÓN IMPORTANTE ACERCA DE LAS ACTIVIDADES DEL CLUB DE CONQUISTADORES ASÍ COMO MATERIALES PARA LOS MIEMBROS DEL CLUB!!!

La Historia de la Redención

El libre albedrío del hombre https://ift.tt/ZktsaFi Dios instruyó a nuestros primeros padres con respecto al árbol del conocimiento, y ellos estaban plenamente informados acerca de la caída de Satanás, y del peligro de escuchar sus sugerencias. No les quitó la facultad de comer el fruto prohibido. Dejó que como seres moralmente libres creyeran su palabra, obedecieran sus mandamientos y vivieran, o creyeran al tentador, desobedecieran y perecieran. Ambos comieron, y la gran sabiduría que obtuvieron fue el conocimiento del pecado y un sentimiento de culpa. El manto de luz que los envolvía pronto desapareció, y presas del sentimiento de culpa y de haber perdido la protección divina, un temblor se apoderó de ellos y trataron de cubrir sus cuerpos desnudos. Nuestros primeros padres decidieron creer las palabras de una serpiente, según pensaban, que no les había dado prueba alguna de su amor. No había hecho nada por su felicidad y su beneficio, mientras Dios les había dado todo lo que era b...

Conflicto y Valor

Como un niño pequeño, 2 de julio https://ift.tt/6U8zYa9 1 Reyes 3:4-15. Y yo soy un niño pequeño... Da pues a tu siervo un corazón inteligente, para juzgar a tu pueblo. 1 Reyes 3:7, 9, VM. El lenguaje de Salomón al orar a Dios ante el antiguo altar de Gabaón, revela su humildad y su intenso deseo de honrar a Dios. Comprendía que sin la ayuda divina, estaba tan desamparado como un niñito para llevar las responsabilidades que le incumbían. Sabía que carecía de discernimiento, y el sentido de su gran necesidad le indujo a solicitar sabiduría a Dios. No había en su corazón aspiración egoísta por un conocimiento que le ensalzase sobre los demás. Deseaba desempeñar fielmente los deberes que le incumbían, y eligió el don por medio del cual su reinado habría de glorificar a Dios. Salomón no tuvo nunca más riqueza ni más sabiduría o verdadera grandeza que cuando confesó: “Yo soy un niño pequeño y no sé cómo me debo conducir”. Los que hoy ocupan puestos de confianza deben procurar aprender la l...