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Conflicto y Valor


Mesa en el desierto, 8 de agosto 2 Reyes 4:38-44. https://ift.tt/XU1NxMC He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en tiempo de hambre. Salmos 33:18, 19. Como el Salvador de la humanidad, al cual simbolizaba, Eliseo combinaba en su ministerio entre los hombres la obra de curación con la de la enseñanza. Con fidelidad e incansablemente, durante todas sus largas y eficaces labores, Eliseo se esforzó por hacer progresar la importante obra educativa que realizaban las escuelas de los profetas... Fue en ocasión de una de sus visitas a la escuela establecida en Gilgal cuando saneó una comida envenenada... Fue también en Gilgal, mientras seguía habiendo escasez en la tierra, donde Eliseo alimentó a cien hombres con el presente que le trajo “un hombre de Baal-salisa... panes de primicias, veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espiga”... ¡Cuánta condescendencia manifestó Cristo, mediante su mensajero, al realizar este milagro para satisfacer el hambre! Repetidas veces desde entonces, aunque no siempre en forma tan notable y perceptible, ha obrado el Señor Jesús para suplir las necesidades humanas... La gracia de Dios derramada sobre una porción pequeña es lo que la hace bastar para todos. La mano de Dios puede multiplicarla cien veces. Con sus recursos, puede extender una mesa en el desierto. Por el toque de su mano, puede aumentar las provisiones escasas y hacerlas bastar para todos. Fue su poder lo que multiplicó los panes y el cereal en las manos de los hijos de los profetas... Cuando el Señor da a los hombres una obra que hacer, ellos no deben detenerse a preguntar si la orden es razonable ni cuál será el resultado probable de sus esfuerzos por obedecer. La provisión que tienen en sus manos puede parecer corta para suplir la necesidad; pero en las manos del Señor resultará más que suficiente. El siervo “lo puso delante de ellos, y comieron, y sobróles, conforme a la palabra de Jehová”... El presente que se le ofrece con agradecimiento y con oración para que lo bendiga, lo multiplicará él como multiplicó la comida para los hijos de los profetas y para la cansada multitud. La Historia de Profetas y Reyes, 181-183.

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