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En los Lugares Celestiales


La voz del deber, 7 de agosto Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas. Eclesiastés 9:10. https://ift.tt/4qurbAK La voz del deber es la voz de Dios: un guía innato dado por el Cielo. Ya sea [que lo que hagamos] sea placentero o no, debemos realizar la tarea que está puesta directamente en nuestro camino. Si el Señor deseara que lleváramos un mensaje a Nínive, no le sería agradable que fuéramos a Jope o Capernaum. Dios tiene razones para enviarnos al lugar hacia el cual nuestros pies son dirigidos... Las zorras pequeñas son las que echan a perder las viñas; las insignificantes negligencias, las pequeñas deficiencias, las ínfimas faltas de honradez, las pequeñas desviaciones de los principios, [son] las que enceguecen el alma y la separan de Dios. Las pequeñas cosas de la vida son las que desarrollan el espíritu y determinan el carácter. Aquellos que descuidan las cosas pequeñas no están preparados para sobrellevar duras pruebas cuando éstas les sobrevengan. Recordad que la edificación del carácter no finaliza mientras no termina la vida. Cada día es puesto en su estructura un buen o un mal ladrillo. Lo mismo podéis edificar en mala forma o con exactitud y corrección levantar un hermoso templo para Dios ... La vida no está hecha de grandes sacrificios o de maravillosas proezas, sino de cosas pequeñas.—The Review and Herald, 29 de diciembre de 1910. Todo lo que te venga a la mano para realizar, hazlo con [todas] tus fuerzas. Realiza tu tarea gozosamente con cantos de alabanza. Si tienes un registro limpio en los libros del cielo, nunca te enfadarás ni irritarás. Haz que tu oración diaria sea: “Señor, ayúdame a hacer lo mejor que pueda. Enséñame cómo realizar mejor mi trabajo. Dame energía y gozo. Ayúdame a compartir [con otros] el servicio del amante ministerio del Salvador”. Considera cada deber, por humilde que sea, como sagrado porque es parte del ministerio divino... Lleva a Cristo en todo lo que hagas.—Carta 1, 1904.

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