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Cada Día con Dios


Un guía en medio de la perplejidad, 24 de junio https://ift.tt/hfiUPY5 Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda. Isaías 30:21. Tú [Edson] necesitas un Consejero que no pueda errar; Alguien a quien la maledicencia no llene de prejuicios; Alguien cuyo criterio no se distorsione debido a las ideas estrechas. Se abre una senda a tu lado; pero si es la senda que debes recorrer, o debes evitarla, es algo que no puedes decidir y nadie te puede ayudar. Otra senda se cierra delante de ti; y no hay nadie suficientemente sabio para decidir si sólo ha sido cerrada para que vayas en otra dirección, o para probar la firmeza de tus propósitos. Por eso necesitas un Guía, un Poder invisible para los ojos mortales, que pueda juzgar los motivos, propósitos e intenciones de tu corazón, a fin de señalar tus caminos. La Estrella del Oriente te conducirá a cada paso con tal de que quieras seguirla. Nunca estás solo. Nunca puedes estar en un lugar en donde no haya nadie que se interese en ti. Nuestro Padre celestial dio a su Hijo para que muriera por ti. La cruz del Calvario da testimonio de que él se interesa profundamente en tu bienestar, porque eres adquisición del Hijo de Dios... Si comprendes qué es lo recto y lo haces, todo estará bien. Si solicitas la ayuda de Dios, no pedirá en vano. El Señor está actuando de muchas maneras para lograr que confíes de todo corazón en él. En nada se deleita más que en que deposites tus cargas, acudas a él en procura de luz y fortaleza, y ha prometido que entonces hallarás descanso para tu alma. Si tienes corazón y voz para orar, con toda seguridad te va a escuchar, y extenderá su brazo desde el cielo para salvarte. Hay un Dios que escucha la oración, y cuando todos los otros recursos fallan, él es tu refugio, tu constante auxilio en las tribulaciones... Si acudes a Dios con corazón humilde y creyente para buscar dirección en medio de tu perplejidad, tendrás el privilegio de depositar tu caso en sus manos. El cielo y la tierra pasarán, pero sus promesas no fallarán. Pide que Dios cumpla su palabra. Creíste en sus promesas cuando sólo tenías tres años. Revela ahora la sencillez de un niño y acude al Señor con fe inquebrantable. Confía en el Señor con todo tu corazón, y tu confianza nunca será defraudada, nunca se volverá contra ti. Piensa en Jacob cuando elevaba su súplica a Dios en la llanura de Penuel. Su oración fue escuchada y contestada, y obtuvo una gran victoria.—Carta 2, del 24 de junio de 1886, dirigida a Edson y Emma White.

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