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Cada Día con Dios


El costo de la salvación, 6 de junio https://ift.tt/SeuTgJb Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Hebreos 12:5, 6. Cristo es nuestro ejemplo. Se lo sometió a tribulaciones. Soportó el sufrimiento y se humilló al asumir la humanidad. Cristo llevó sus cargas sin impaciencia, sin incredulidad, sin quejarse. No por ser el divino Hijo de Dios sintió menos el peso de sus pruebas. Usted no puede tener un problema, una perplejidad o una dificultad que no haya ejercido la misma presión sobre el Hijo de Dios; ni tampoco un pesar al cual su corazón no se haya expuesto de igual manera. Sus sentimientos se resentían tan fácilmente como los suyos. Sin embargo, la vida y el carácter de Cristo fueron inmaculados. Su carácter estaba compuesto de cualidades morales entre las cuales encontramos todo lo puro y todo lo que es verdadero, todo lo amable y todo lo que es de buen nombre. Dios nos ha dado un modelo perfecto y sin falla. El propósito de Dios es hacer de usted un obrero capaz y eficiente. La mente que él creó debe ser purificada, elevada y ennoblecida. Si se permite que la mente se dedique a cosas insignificantes, se debilitará como resultado de la acción de leyes inmutables. Dios quiere que sus siervos amplíen la esfera de sus pensamientos y planes de labor, y que pongan sus facultades en contacto dinámico con lo grande, lo que eleva y ennoblece. Esto le dará nuevos impulsos a las facultades intelectuales. Sus pensamientos se ampliarán y enjaezarán sus energías para emprender una tarea más amplia, más honda y más grande, para nadar en aguas profundas y vastas, sin fondo ni orilla... Dios ve el corazón y el carácter de los hombres cuando ellos mismos no se dan cuenta exacta de su propia condición. El sabe que su obra y su causa sufrirán si no se corrigen los errores que existen en ellos sin que los adviertan y, por lo tanto, sin que los corrijan. Cristo nos llama sus siervos si hacemos lo que nos manda. A cada cual se le asigna su esfera particular, su lugar de trabajo, y Dios no requiere nada más ni nada menos, tanto del más humilde como del más grande, que el pleno cumplimiento de su vocación. No nos pertenecemos a nosotros mismos. Por gracia hemos llegado a ser siervos de Cristo. Hemos sido adquiridos por la sangre del Hijo de Dios.—Carta 16, del 6 de junio de 1875, al pastor J. T. Butler, ex presidente de la Asociación General.

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Reflejemos a Jesús

La familia unida por lazos de amor, 24 de junio https://ift.tt/1Baq2Mw Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua. Proverbios 31:26. Cuando la madre pueda hablar una palabra de felicitación por la buena conducta de sus hijos, debiera hacerlo. Debiera animarlos con palabras de aprobación y miradas de amor. Esto será como luz del sol al corazón de un niño y conducirá al cultivo del respeto propio y el orgullo del carácter... Los niños tienen naturaleza sensible y amante. Se los puede agradar fácilmente pero también hacerlos fácilmente infelices. Por una suave disciplina con palabras y actos amorosos, las madres pueden ligar sus hijos a sus corazones. Manifestar severidad y ser exigentes con los niños son grandes errores. Se necesita firmeza uniforme y control desapasionado para la disciplina de toda familia. Diga lo que tiene que decir y lleve a cabo lo que dice sin desvíos. Dará recompensas el manifestar afecto en su asociación con sus hijos. No los rechace por...