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Hijos e Hijas de Dios


Aceptamos la luz de Dios, 24 de junio https://ift.tt/R46xQS0 Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; me conducirán a tu santo monte, y a tus moradas. Salmos 43:3. El Señor Jesús vino a este mundo lleno de misericordia, vida y luz, listo para salvar a los que vinieran a él. Pero no puede salvar a nadie contra su voluntad. Dios no fuerza la conciencia. No tortura el cuerpo para obligar a los hombres a obedecer su ley. Esa clase de obra está de acuerdo con Satanás. El Señor ha hecho perfectamente claro que concede al pecador el privilegio de cooperar con Dios. Da luz, y proporciona evidencia en favor de la verdad. Pone en claro cuáles son sus requerimientos, y deja con el pecador la responsabilidad de aceptar su verdad, y recibir gracia y poder para cumplir cada condición, y hallar descanso al prestar un servicio voluntario a Jesucristo, quien pagó el precio de su redención. Si el pecador vacila y deja de apreciar la luz que ha alcanzado su intelecto y conmovido las emociones de su alma, y rehúsa rendir obediencia a Dios, la luz disminuye en intensidad, pierde fuerza, y finalmente se desvanece de la vista. Los que dejan de apreciar los primeros rayos de luz, no necesitan evidencias más decisivas en favor de la verdad. Si los tiernos llamamientos de Dios dejan de hallar respuesta en el corazón del pecador, la primera impresión hecha en su mente pierde significado y finalmente se lo deja en tinieblas. La invitación está llena de amor. La luz es tan brillante cuando finalmente se la rehúsa, como cuando por primera vez iluminó el alma; pero al rechazar la luz, el alma se llena de tinieblas, y no comprende cuál es el peligro de despreciarla. Cristo dice a tal alma: “Aún por un poco estará la luz entre vosotros”.—The Youth’s Instructor, 17 de agosto de 1893.

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Reflejemos a Jesús

La familia unida por lazos de amor, 24 de junio https://ift.tt/1Baq2Mw Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua. Proverbios 31:26. Cuando la madre pueda hablar una palabra de felicitación por la buena conducta de sus hijos, debiera hacerlo. Debiera animarlos con palabras de aprobación y miradas de amor. Esto será como luz del sol al corazón de un niño y conducirá al cultivo del respeto propio y el orgullo del carácter... Los niños tienen naturaleza sensible y amante. Se los puede agradar fácilmente pero también hacerlos fácilmente infelices. Por una suave disciplina con palabras y actos amorosos, las madres pueden ligar sus hijos a sus corazones. Manifestar severidad y ser exigentes con los niños son grandes errores. Se necesita firmeza uniforme y control desapasionado para la disciplina de toda familia. Diga lo que tiene que decir y lleve a cabo lo que dice sin desvíos. Dará recompensas el manifestar afecto en su asociación con sus hijos. No los rechace por...