Ir al contenido principal

Recibiréis Poder


Misión global: el espíritu abre las puertas, 14 de junio https://ift.tt/rfOvExW Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Mateo 24:14. El campo es el mundo. Nosotros sabemos esto mucho mejor que los propios discípulos, quienes recibieron personalmente la orden de predicar el evangelio a toda criatura. Todo el planeta es un vasto campo misionero, y aunque hayamos estado establecidos en la verdad desde hace mucho tiempo, deberíamos animarnos con el pensamiento de que los territorios a los cuales la verdad tuvo dificultades para penetrar, ahora están abiertos. Cada iglesia debería buscar cuidadosamente la manera de crecer en celo y en actividad. Todos deberían orar para que la indiferencia que ha sido motivo para que hombres y recursos no sean empleados en el servicio de la obra, se elimine para que Cristo pueda habitar en cada creyente. Por amor a nosotros se hizo pobre a fin de que mediante su pobreza podamos ser enriquecidos. La obra del Espíritu Santo consiste en convencer del pecado, y yo sé que algunos pecamos al ser indiferentes. Mientras observamos los territorios en que hemos penetrado, no podemos menos que exclamar: “¡Lo que Dios ha hecho!” ¿Qué más podría haber realizado por su viña, además de lo que ya hizo? Proveyó su rica gracia a fin de concedernos el poder divino para hacer avanzar su obra. No hay nada que Dios haya dejado realizar. Lo que falta, corresponde a los agentes humanos que rehúsan cooperar con las inteligencias divinas. En el plan que él proyectó, nada más puede llevarse a cabo en favor de la salvación del pecador, salvo a través de la cooperación del hombre. Los que han sido bendecidos con la luz y las evidencias, saben que sólo por intermedio de la gracia que les es otorgada pueden cumplir con las condiciones establecidas para la salvación. También son conscientes de que los que rehúsan hacer su parte, serán culpables de su propia destrucción. En esos casos podemos decir que Cristo murió en vano. ¿Quién es responsable por la pérdida de los que no conocen a Dios por falta de oportunidad de haber escuchado los fundamentos de nuestra fe? ¿Qué culpabilidad tiene la iglesia con relación al mundo que perece sin conocer el evangelio? A menos que haya un mayor renunciamiento propio por parte de los que dicen creer la verdad, y que se practique una mayor fidelidad en la devolución de los diezmos y ofrendas que deben ser depositados en la tesorería, y a menos que se hagan planes mucho más amplios que los que se han estado realizando, no estaremos cumpliendo con la comisión evangélica de ir a todo el mundo para predicar a Cristo a cada criatura.—The Home Missionary, 1 de abril de 1895.

Entradas populares de este blog

SITIO EN CONSTRUCCIÓN...

PRONTO ENCONTRARÁ AQUÍ INFORMACIÓN IMPORTANTE ACERCA DE LAS ACTIVIDADES DEL CLUB DE CONQUISTADORES ASÍ COMO MATERIALES PARA LOS MIEMBROS DEL CLUB!!!

La Historia de la Redención

El libre albedrío del hombre https://ift.tt/ZktsaFi Dios instruyó a nuestros primeros padres con respecto al árbol del conocimiento, y ellos estaban plenamente informados acerca de la caída de Satanás, y del peligro de escuchar sus sugerencias. No les quitó la facultad de comer el fruto prohibido. Dejó que como seres moralmente libres creyeran su palabra, obedecieran sus mandamientos y vivieran, o creyeran al tentador, desobedecieran y perecieran. Ambos comieron, y la gran sabiduría que obtuvieron fue el conocimiento del pecado y un sentimiento de culpa. El manto de luz que los envolvía pronto desapareció, y presas del sentimiento de culpa y de haber perdido la protección divina, un temblor se apoderó de ellos y trataron de cubrir sus cuerpos desnudos. Nuestros primeros padres decidieron creer las palabras de una serpiente, según pensaban, que no les había dado prueba alguna de su amor. No había hecho nada por su felicidad y su beneficio, mientras Dios les había dado todo lo que era b...

Conflicto y Valor

Como un niño pequeño, 2 de julio https://ift.tt/6U8zYa9 1 Reyes 3:4-15. Y yo soy un niño pequeño... Da pues a tu siervo un corazón inteligente, para juzgar a tu pueblo. 1 Reyes 3:7, 9, VM. El lenguaje de Salomón al orar a Dios ante el antiguo altar de Gabaón, revela su humildad y su intenso deseo de honrar a Dios. Comprendía que sin la ayuda divina, estaba tan desamparado como un niñito para llevar las responsabilidades que le incumbían. Sabía que carecía de discernimiento, y el sentido de su gran necesidad le indujo a solicitar sabiduría a Dios. No había en su corazón aspiración egoísta por un conocimiento que le ensalzase sobre los demás. Deseaba desempeñar fielmente los deberes que le incumbían, y eligió el don por medio del cual su reinado habría de glorificar a Dios. Salomón no tuvo nunca más riqueza ni más sabiduría o verdadera grandeza que cuando confesó: “Yo soy un niño pequeño y no sé cómo me debo conducir”. Los que hoy ocupan puestos de confianza deben procurar aprender la l...