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Nuestra Elevada Vocacion


“Santos, siempre más santos”, 26 de julio https://ift.tt/3FcIWo4 Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación. 1 Tesalonicenses 4:3. Nuestra santificación es el objeto que Dios busca en todo su trato con nosotros. Nos ha elegido desde la eternidad para que fuéramos santos. Cristo se dió a sí mismo para lograr nuestra redención, para que mediante la fe en su poder para salvar del pecado pudiéramos ser hechos completos en él. Como cristianos hemos prometido cumplir la responsabilidad que nos ha encomendado, y mostrar al mundo que estamos en una estrecha relación con Dios. Así Cristo puede ser representado y honrado mediante las buenas palabras y las obras de sus discípulos. Dios espera de nosotros una perfecta obediencia a su ley. Esta ley es el eco de su voz que nos dice: Santos, sí, siempre más santos. Desead la plenitud de la gracia de Cristo, sí, anhelad—sentid hambre y sed—la justicia. La promesa es: “Y os hartaréis”. Que vuestro corazón se llene del anhelo de su justicia. ... Dios ha declarado llanamente que espera que seamos perfectos, y debido a que espera esto, él ha hecho provisión para que seamos participantes de la naturaleza divina. Únicamente así tendremos éxito en la lucha por la vida eterna. Se concede poder mediante Cristo. “Mas a todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su nombre”. Juan 1:12. El pueblo de Dios debe reflejar ante el mundo los brillantes rayos de su gloria. Pero a fin de hacer esto, deben colocarse donde estos rayos puedan iluminarlos. Deben cooperar con Dios. El corazón debe ser limpiado de todo lo que conduce al mal. La Palabra de Dios debe estudiarse con un sincero deseo de obtener de ella poder espiritual. El Pan del cielo debe comerse y asimilarse hasta que llegue a ser una parte de la vida. Así obtenemos la vida eterna. Así se contesta la oración de Cristo: “Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad”. Juan 17:17. “Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación”. ¿Es vuestra voluntad que vuestros deseos e inclinaciones sean puestos en armonía con la mente divina?—The Review and Herald, 28 de enero de 1904.

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El libre albedrío del hombre https://ift.tt/ZktsaFi Dios instruyó a nuestros primeros padres con respecto al árbol del conocimiento, y ellos estaban plenamente informados acerca de la caída de Satanás, y del peligro de escuchar sus sugerencias. No les quitó la facultad de comer el fruto prohibido. Dejó que como seres moralmente libres creyeran su palabra, obedecieran sus mandamientos y vivieran, o creyeran al tentador, desobedecieran y perecieran. Ambos comieron, y la gran sabiduría que obtuvieron fue el conocimiento del pecado y un sentimiento de culpa. El manto de luz que los envolvía pronto desapareció, y presas del sentimiento de culpa y de haber perdido la protección divina, un temblor se apoderó de ellos y trataron de cubrir sus cuerpos desnudos. Nuestros primeros padres decidieron creer las palabras de una serpiente, según pensaban, que no les había dado prueba alguna de su amor. No había hecho nada por su felicidad y su beneficio, mientras Dios les había dado todo lo que era b...

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Como un niño pequeño, 2 de julio https://ift.tt/6U8zYa9 1 Reyes 3:4-15. Y yo soy un niño pequeño... Da pues a tu siervo un corazón inteligente, para juzgar a tu pueblo. 1 Reyes 3:7, 9, VM. El lenguaje de Salomón al orar a Dios ante el antiguo altar de Gabaón, revela su humildad y su intenso deseo de honrar a Dios. Comprendía que sin la ayuda divina, estaba tan desamparado como un niñito para llevar las responsabilidades que le incumbían. Sabía que carecía de discernimiento, y el sentido de su gran necesidad le indujo a solicitar sabiduría a Dios. No había en su corazón aspiración egoísta por un conocimiento que le ensalzase sobre los demás. Deseaba desempeñar fielmente los deberes que le incumbían, y eligió el don por medio del cual su reinado habría de glorificar a Dios. Salomón no tuvo nunca más riqueza ni más sabiduría o verdadera grandeza que cuando confesó: “Yo soy un niño pequeño y no sé cómo me debo conducir”. Los que hoy ocupan puestos de confianza deben procurar aprender la l...