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Ser Semejante a Jesús


Para encontrar verdadera felicidad, obedecer a Dios, 20 de julio https://ift.tt/zQlJS0b Estas bendiciones tuve porque guardé tus mandamientos. Salmos 119:56. Debemos buscar la felicidad en la forma correcta, y en la fuente correcta. Algunos piensan que seguramente pueden encontrar la felicidad en una conducta de satisfacción en placeres pecaminosos, o en atracciones mundanales engañosas. Y algunos sacrifican obligaciones físicas y morales pensando encontrar felicidad, y pierden tanto el alma como el cuerpo. Otros buscarán su felicidad en la complacencia de un apetito desnaturalizado, y consideran la complacencia del gusto más deseable que la salud y la vida. Muchos se permiten estar encadenados por pasiones sensuales y sacrifican la fuerza física, el intelecto y los poderes de la mente en la gratificación del placer. Descenderán prematuramente a la tumba, y en el juicio serán acusados de haberse asesinado. ¿Es deseable esta... felicidad que se encuentra en el sendero de la desobediencia y de la transgresión de la ley física y moral? La vida de Cristo señala la verdadera fuente de felicidad, y de qué manera debe alcanzarse. Su vida señala el camino directo y único al cielo. Escuchemos la voz de la sabiduría. Permitamos que marque nuestra senda. “Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz”. Proverbios 3:17. Las tentaciones están a cada lado para atraer los pasos de los jóvenes hacia su ruina. La triste deficiencia en la educación de los hijos los deja débiles e indefensos, fluctuantes en carácter, flojos en intelecto y deficientes en fortaleza moral, de tal manera que lejos de imitar la vida de Cristo, generalmente los jóvenes son semejantes a una caña que se estremece por el viento. No tienen constitución física o poder moral porque ceden a las tentaciones. Por medio de complacencias pecaminosas, mancillan su pureza, y sus modales están corrompidos. Son intolerantes hacia las limitaciones, y se lisonjean de que si pudieran hacer lo que quisieran, entonces serían muy felices... Si los niños y los jóvenes quisieran buscar su bien terrenal más elevado, deben buscarlo en la senda de la obediencia fiel. Un estado físico sano, que es el mayor premio terrenal, puede obtenerse sólo por medio de una negación del apetito antinatural. Si en verdad quisieran ser felices, deberían buscar alegremente estar en el puesto del deber, haciendo con fidelidad la obra que les corresponde, conformando su corazón y vida al modelo perfecto.—The Youth’s Instructor, abril de 1872.

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